UNA DE CAL Y UNA DE ARENA

Por Marcos Cebrero

Claypole empató 2 a 2 como visitante ante Central Ballester. En los últimos tres partidos le convirtieron en nueve oportunidades.

El verde césped de Villa Linch recibía a dos escuadras que necesitaban imperiosamente corregir el retrato futbolístico trazado hasta el momento. Por un lado Claypole y sus dudas y por el otro Central Ballester, la historia terminó empatada en dos. La canallada resulto siendo implacable y hasta pudo ser mortal para un claypole que padece vicios hasta el momento intratables que terminaron opacando una labor aceptable del elenco de Sergio Micieli.

Según reza la impronta Micieli Claypole salió a comerse a los chicos crudos, se adueño del sector donde nacen los cotejos y lo agredió desde el inicio. Se movió a su antojo por el sector izquierdo donde central mostraba reiteradas falencias, así llegó la ventaja blanca y negra, escapada del joven Aranda y centro al área , cabezazo de Peralta y 1 a 0. Las escapadas “pulpas” fueron incesantes, el “tambo” volvió a proponer y generó en abundancia, aunque no pudo aumentar. Así culmino la primer mitad, la visita con firmeza atrás, juego asociado y falto de puntería, lo del local fue verdaderamente paupérrimo.

El complemento sirvió para desnudar las miserias del fondo de Claypole al momento de protegerse. A los 53 Tartaglia puso el 1 a1 luego de una habilitación a espaldas de la inmóvil defensa, definió solo y tranquilo ante el estático Eduardo González. Allá por los 56 minutos Cabañas sin marca recibe, remata y a otra cosa. Nuevo, grosero y recurrente error, en dos minutos Ballester encuentra un inmerecido 2 a 1.

Romano hizo la lógica ante tamaño regalo, afuera un enlace, ingresó un defensa para trabajar con cuatro y a defender el premio. El tambero ya sin claridad y buen juego, buscó empatar a los empellones, lo consiguió al los 71 por intermedio del mejor de la cancha, el “pulpo” Nicolás Aranda.
Se fue el Cotejo y con el una nueva oportunidad despilfarrada por Claypole para empezar a sumar de a tres, una vez mas fue sentenciado por sus propia incertidumbre. Las dos caras del “tambero” volvieron a aparecer en escena. La oscura con los habituales desordenes y amonestaciones excesivas y la clara da a entender que si la buena y prolija creación, trae aparejado solidez defensiva, el panorama a futuro es más que alentador.